La historia de Camilo alias «Tony» el vocalista

Comenzó una aventura inesperada. Recibí una llamada de un amigo, quien me recomendó audicionar con una banda de Rock, Hard Rock, Heavy… según él, algo acorde con mi registro vocal y quien aseguró que encajaría perfectamente en la banda. Me lo pintó como el grupo que siempre quise, pero muy difícil encontrar; no obstante, en mi incredibilidad y algunas experiencias poco deseables, fui algo escéptico. Aun así, acepté participar en la audición de Psicofónico. Me envió un video de la canción “El juego de la tentación” y me gustó mucho el sonido y producción, lo cual hizo que aumentara mi interés.

Me llamó Sergio Suzarte, presentándose como el productor de Psicofónico y guitarrista de la banda Rocka. ¡Wow! -me dije a mí mismo-, con productor y todo y el guitarrista de Rocka, quien también lo había sido en El Sie7e. Esta banda va en serio. Me habló resumidamente del proyecto, pero lo suficiente para que me empezara a emocionar con la oportunidad. Me agregó un grupo, donde había más candidatos. “La competencia está difícil, pero intentémoslo”, fue mi resolución.

Llegó el día de la audición. Entré entre nervioso y tímido; solo hasta cuando tomé el micrófono y empecé a cantar. Sentí ese feeling con lo muchachos, como si ya hubiéramos tocado antes. La presión la sentía más de parte de Sergio (quien presenció la audición), que de los muchachos. Aumentó, cuando me puso una prueba de fuego: improvisar la melodía de una canción que jamás había escuchado.

Terminó la audición y salí entre intrigado, expectante y ansioso, pero también contento, pues sentí que quería estar ahí y tenía la esperanza de haber gustado como para ser elegido. Pero había más personas y uno de mis pensamientos es que siempre hay mejores que uno, lo cual me incita a querer mejorar.

Unos días después, recibí un mensaje del grupo de las audiciones donde decían que ya estaban en la tarea de elegir, pues ya habían terminado las audiciones. Solo quedaba esperar la noticia (buena o mala) de la persona elegida.

Pasaban los días, el tiempo transcurría y aumentaba la ansiedad; me imaginaba de todo, aunque también pensé en que estaba difícil ser seleccionado. No perdía la esperanza, pero igual estaba preparado para lo que fuera. Pero un día, sin esperarlo, con la mente en otras cosas, por sorpresa recibí el mensaje de John Canelo; palabras más, palabras menos, me daba la noticia en la que decía que había seleccionado, debido al feeling y al registro vocal. La emoción me invadió y, teniendo esperanza por todo este tiempo, no me lo podía creer aún. Pero no estaba soñando, logré entrar a este gran grupo y equipo.

En este tiempo corto (pero productivo) he conocido internamente lo que es Psicofónico. Algo más que una sola banda de Rock, es un equipo, donde está el ambiente, camaradería y un trabajo arduo de parte de todos, muy serio y en el que me siento muy a gusto estar. Puede sonar a frase de cajón (lo dicen todas las empresas) pero realmente esto es una familia, en la cual me siento parte y cada uno de los muchachos me han hecho sentir así. Esto es Psicofónico y así viví esta experiencia de lograr ocupar un espacio en este grupo.

 

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